Mario Vargas Llosa: El último renacentista

Entre los pocos escritores universales que he tenido el privilegio de conocer a lo largo de mi vida, destaco a Mario Vargas Llosa, junto con Julio Cortázar y algunos otros más. Fue uno de los más generosos con los que tuve la suerte de entablar amistad, a pesar de los largos intervalos impuestos por nuestras vidas itinerantes.

Nuestro primer contacto fue a través de cartas, en una época en la que la comunicación se daba en hojas de papel enviadas por correo. Yo vivía en Bruselas y Mario en Barcelona. Él ya era un autor reconocido, mientras que yo apenas comenzaba mi camino en la escritura. Le envié el manuscrito de una colección de relatos, del cual, desafortunadamente, no tenía copias de respaldo. Así empezamos una fluida correspondencia que fue fortaleciendo nuestra amistad. Mario recomendó mi obra a una nueva editorial llamada Tusquets. Mi primer libro, para el cual él escribió el prólogo de manera generosa, pudo ser presentado en la Feria del Libro de Fráncfort dedicada a la producción iberoamericana. Además, gestionó una invitación para mí en Alemania, donde conocí a otros autores gracias a él.

En los años siguientes, nos encontramos en diversas partes del mundo: en Washington, en su apartamento de Georgetown o en mi casa; en su dúplex en Londres, donde me convenció de dejar mi máquina de escribir por una computadora; en Barcelona, con Jordi Herralde como mi nuevo editor; en París, Viena, Madrid, Nueva York y Lima. Fue un privilegio haber compartido medio siglo con este maravilloso ser humano, a quien pude llamar amigo, un novelista y pensador que representaba el último de nuestros renacentistas.

LEAR  Interrupción del embarazo en México para sobrevivir a Trump.

Aprovecha la NUEVA EXPERIENCIA, recibe por correo y por Whatsapp nuestro periódico digital enriquecido. Perú21 ePaper.

¡Ahora disponible en Yape! Búscanos en YAPE Promos.