Dos semanas después de terminar en el puesto 18 en el Maratón de la Ciudad de Nueva York en 2:31:54, la atleta olímpica estadounidense Jenny Simpson se enfrentó a uno de los desafíos más exigentes: la Gran Carrera Mundial, que implica correr siete maratones en siete continentes en siete días.
La destacada corredora de media distancia fue una incorporación tardía al evento que ofrecía un final adecuado para su destacada carrera. A lo largo de su carrera en la pista, Simpson ganó cuatro medallas en campeonatos importantes, incluyendo un bronce olímpico en los 1,500 metros en Río 2016 y una medalla de oro en los Campeonatos del Mundo de 2011 en Daegu, Corea del Sur.
La Gran Carrera Mundial comenzó el 14 de noviembre en Wolf’s Fang, Antártida y concluyó el 20 de noviembre en Miami. Simpson completó el desafío con los siguientes tiempos:
Antártida: 3:31
Sudáfrica: 3:15
Australia: 3:12
Turquía: 3:11
Estambul (etapa de traslape): 3:15
Colombia: 3:16
Miami: 5:15
Simpson terminó en cuarto lugar en la competencia femenina. La carrera de una semana fue ganada por Ashley Paulson, dos veces campeona de Badwater 135, mientras que la carrera masculina fue para David Kilgore después de que William Maunsell de Irlanda se retirara en el quinto día, cuatro días después de establecer un récord de maratón continental en la Antártida.
Reflexionando sobre su decisión de unirse en el último minuto, Simpson dijo que la invitación era una oportunidad irresistible para desafiarse una última vez. Inicialmente, se anunció que el Maratón de la Ciudad de Nueva York sería su última carrera, pero la oportunidad de “correr alrededor del mundo” fue demasiado tentadora para Simpson.
“Nunca en mi vida había estado tan feliz de ver una línea de meta”, escribió Simpson en Instagram. “¡Siete maratones en siete días, además de dar la vuelta al mundo en una semana! Mi cuerpo es sorprendentemente resistente y estoy muy contenta de haberlo hecho.”
La participación en este evento de jet set no es barata: la tarifa de inscripción de USD $52,000 cubre vuelos chárter, comidas a bordo y cobertura de evacuación de emergencia para la etapa de la Antártida. A pesar del costo y del exigente horario, el evento es un desafío de lista de deseos para muchos maratonistas hardcore.