El director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Valdés, se refirió este viernes a la situación fiscal de Chile.
Esto en el contexto de que el miércoles pasado, el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres) presentaron el Informe de Finanzas Públicas (IFP), donde explicitaron un cambio en la meta de déficit estructural, cambiando su meta del -1,1% al -1,6% para este año.
“La opinión del Fondo es que, tras el ligero aumento del déficit fiscal en Chile el año pasado, era muy importante volver a reducirlo con decisión. El compromiso de las autoridades de hacerlo en 2025 y su estrategia a medio plazo, así como su adhesión al techo de deuda, es muy loable”, indicó Valdés en una conferencia de prensa.
El exministro de Hacienda de Chile entre 2015 y 2017 agregó que dada la peor posición de partida para este año, parece apropiado suavizar el ajuste.
Sin embargo, el economista indicó que con el objetivo de 1,5%, se necesitarán medidas de alrededor del 0,5% para ser identificados.
También se refirió a las medidas anunciadas por el Ejecutivo para recortar el gasto en cerca de US$ 2.000 millones este año, las que han sido discutidas con el FMI, pero señaló que “necesitamos algún tiempo para comprender plenamente el tamaño y el calendario de esos efectos”.
“Este anuncio de medidas fiscales correctivas son claramente un paso hacia este objetivo y son bienvenidas”, dijo Valdés. No obstante advirtió que “al mismo tiempo, necesitamos evaluarlas con más detenimiento”.
Agregó que, dado el contexto de incertidumbre, “será importante que la política fiscal siga siendo muy ágil y responda aún más si las medidas de ingresos y gastos que se están adoptando decepcionan”.
Panorama regional
Valdés también se refirió a las proyecciones para la región, dado que el FMI recortó sus previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe para 2025, pasando del 2,5% estimado en octubre del año pasado a un 2% para este año. Para 2026 se prevé que mejorará al 2,4%.
En tanto, se espera que la inflación tendrá un descenso gradual, aunque la mayoría de los países no alcanzarán sus objetivos antes del 2026.
Así, señaló que el panorama económico actual está determinado por una compleja interacción de factores mundiales que van desde los aranceles y las perturbaciones de la cadena de valor hasta la volatilidad de los precios de las materias primas y los mercados financieros, al igual que la incertidumbre política.
“Teniendo esto en cuenta, vemos riesgos a la baja para el crecimiento y riesgos al alza para la inflación, aunque el equilibrio en este último caso dependerá de cómo se desarrollen los acontecimientos mundiales”, dijo el exministro.
Por lo mismo, recordó que es importante permitir que los tipos de cambio absorban las perturbaciones de las variables fundamentales. Al igual que crear márgenes de maniobra, dado los elevados niveles de deuda pública y la desfavorable combinación de aumento de los costes de financiamiento y bajo crecimiento.
“Así pues, la consolidación fiscal debe continuar sin más demoras, protegiendo al mismo tiempo la inversión pública prioritaria y el gasto social. El reforzamiento de las actuales normas fiscales ayudaría a alcanzar estos objetivos, aumentando la credibilidad de los marcos políticos”, dijo.