En una sala del Hotel Ritz-Carlton se llevó a cabo la junta de accionistas de Quiñenco, el conglomerado de inversiones financieras e industriales del Grupo Luksic, formado por Banco de Chile, CCU, Nexans, Enex, Vapores y SAAM.
La guerra comercial desencadenada por la política arancelaria de Donald Trump ocupó un lugar central en las palabras de los directivos de la empresa. “Desde luego no es inocuo para una compañía como la nuestra, que lleva más de una década diversificando su portafolio con alianzas con socios del más alto nivel presentes en múltiples latitudes”, admitió el presidente del holding, Pablo Granifo.
Si bien aseguró que la empresa cuenta “con una base sólida para hacer frente a la incertidumbre”, el gerente general del grupo, Francisco Pérez Mackenna, profundizó en el análisis. “La globalización funciona como una red de nodos, donde cada punto es un país y la confianza que existe hacia los tratados y acuerdos es la fuerza del vínculo que une a los diferentes puntos de la red. La creciente desconfianza ha debilitado esa fuerza”.
En ese sentido, planteó que “lo que parece más relevante es concentrarnos en qué debemos hacer como país para morigerar los efectos nocivos de este conflicto en nuestra economía”. Y, a su juicio, la respuesta es la prudencia, tanto para amortiguar el impacto de la crisis como para aprovechar las oportunidades que aparezcan.
“Es razonable suponer que las tensiones y la desconfianza global se mantendrán por un tiempo. Lo que nos obligará a todos en el sector público y privado a ser capaces de adaptarnos oportunamente”, afirmó.
En un punto de prensa posterior a la junta, Pérez Mackenna ahondó: “Somos una economía pequeña, tenemos poca capacidad de influir en los acontecimientos, aunque queramos hacerlo, pero la verdad es que la realidad es esa y, por lo tanto, navegar en estas aguas turbulentas con prudencia es importante para poder sacar adelante nuestros proyectos como país”.
Y agregó: “En un mundo donde las confianzas se han debilitado, aparecer como un país confiable es doblemente importante”.
En cuanto al correlato de lo anterior para Quiñenco, el también presidente de CCU dijo que significa evaluar los riesgos de cada alternativa que se presenta para hacer inversiones. Lo anterior, explicó, se traduce en algunos casos postergar proyectos, pero en otros, adelantarlos, porque el abastecimiento de las materias primas puede modificarse con el nuevo sistema tarifario.
Pérez Mackenna también se refirió a las críticas que ha hecho por el estancamiento económico del país que, según él, lo ha desviado del camino al desarrollo. “Hay que ver cuáles son las cargas que hemos ido agregando a nuestra sociedad, a veces por buenas razones, por necesidades sociales, pero que han ido conspirando con la posibilidad de hacer crecer la economía y para tratar de darle la mejor vida a los más pobres, que es justamente lo que sale del tamaño de la economía”, argumentó.
Así, sostuvo que Chile ya tiene todas las “cosas difíciles de lograr”, pero que “obviamente tenemos que buscar ser mejores, con mejores instituciones, ser más eficientes” y, en ese punto, apuntó a resolver las trabas por la denominada permisología.
“Muchas veces la gente habla de la cantidad de regulación, pero lo importante es la calidad de la regulación y lo eficiente que sean las respuestas. Yo creo que ahí tenemos que mejorar. Y mejorar mucho”, cerró.