No daba para más. Los resultados no eran los peores —el equipo marcha en la primera posición del Grupo A de la primera fase de la liga argentina—, pero caídas en duelos clave, como también la falta de autocrítica, terminaron por culminar anticipadamente el proceso de Fernando Gago en Boca Juniors, club en el cual fue alguna vez referente (como jugador).
El Alejandro Villanueva (Matute) y, sobre todo, el Nacional también tendrían oportunidad.
La última edición del Superclásico del fútbol argentino, en la que Boca cayó habiendo mostrado poco o nada en la cancha, fue la gota que rebalsó el vaso. El último domingo por la tarde nadie se salvó de las críticas; a nuestro compatriota Luis Advíncula, por ejemplo, lo calificaron de “desastroso” para abajo. Sin embargo, el principal objetivo de los hinchas (y de la inclemente prensa deportiva argentina, por supuesto), fue el DT.
Y así debería ser, después de todo, el técnico es el principal responsable por el rendimiento del equipo. Además, tampoco es que Boca haya hecho méritos para salir mejor parado del Monumental. Es más, Gago cambió de esquema, y plantó una línea de cinco disfrazada de línea de tres en la zaga, movimiento que, pese a que no le dio resultado, ni se molestó en corregir. Las desatinadas declaraciones del capitán Marcos Rojo, quien dijo que los jugadores “no le debían nada a nadie”, no hicieron más que echarle más leña al fuego, y se acoplaron en el subconsciente del hincha junto la constante falta de autocrítica del propio DT.
Alianza dejó huella
La eliminación de la Copa Libertadores en la mismísima Bombonera fue, también, un factor determinante. Al Boca de los 20 y pico millones de dólares no le han perdonado quedar fuera de competencias Conmebol en febrero. Aquella caída ante Alianza Lima quedará, definitivamente, en la memoria de la hinchada por mucho tiempo.
Y es que todo indica que la decisión de Juan Román Riquelme, presidente del club, pasa por la conclusión de que el equipo de Fernando Gago no estaba listo para afrontar partidos determinantes. Esos duelos clave, ante el clásico rival o que definen campañas internacionales, que una institución tan grande como Boca Juniors no se puede dar el lujo de perder… Mucho menos, siendo indiscutiblemente superada
Hoy, el futuro de Boca es incierto. Es muy probable que, para calmar a ‘La Doce’, Riquelme tenga que contratar a un peso pesado, preferiblemente alguien identificado con el club; uno de esos técnicos que influyen en los jugadores, más desde lo anímico que desde lo táctico.
También es incierto el devenir de Luis Advíncula. El ‘Rayo’ había perdido protagonismo con Gago, y, ciertamente, su nivel actual está muy lejos de alcanzar al de 2023, año en que fue figura en el Boca que llegó a la final de la Libertadores. No obstante, un DT que encaje en el perfil descrito líneas arriba, le podría venir muy bien, pues, aún tiene fútbol para dar.
Desde la Videna, deben estar esperando que la situación de Lucho se defina pronto. Y es que la Selección aún necesita a Luis Advíncula.
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