Cuando comenzaste en el triatlón, es posible que hayas visto grandes mejoras en tu rendimiento en varias ocasiones. Eras nuevo en el deporte, tal vez nuevo en los tres, por lo que solo tiene sentido que hayas visto mejoras masivas después de un entrenamiento constante. Sin embargo, a medida que has seguido mejorando y volviéndote más rápido, es probable que hayas visto esos desarrollos volverse cada vez más pequeños. Por supuesto, es agradable ver mejoras enormes, pero ahora que eres un triatleta experimentado, es hora de enfocarte en los pequeños avances incrementales en el entrenamiento. Estos son los que te llevarán al siguiente nivel.
Pequeñas mejoras llevan a grandes cambios
Todos hemos escuchado alguna versión de una cita sobre cómo incluso el viaje más largo comienza con un solo paso. Eso es lo que enfrentas en el triatlón. Sin importar la distancia de la carrera que planeas afrontar, entrenar para un triatlón es una gran empresa, un viaje largo que requiere pequeños avances y un impulso constante para llegar a la meta.
El entrenamiento de triatlón puede ser frustrante a veces porque no siempre puedes ver las mejoras que estás haciendo en tiempo real. Podrías pasar meses pensando que estás estancado en el mismo nivel, pero en realidad, eres más fuerte y más rápido que nunca. A veces no es claro que estamos progresando hasta que miramos hacia atrás y vemos cuán lejos hemos llegado. Solo porque ya no estés reduciendo minutos de tus mejores tiempos no significa que no estés mejorando.
Realizando pequeños avances
Si has alcanzado un plateau en tu entrenamiento, significa que tendrás que enfocarte en los detalles. Debes observar pequeños detalles que, si se modifican correctamente, te ayudarán a hacer pequeños avances. Cosas como la forma en la piscina y en la carrera. Tal vez tu mano entre al agua demasiado temprano en tu brazada de natación. Esto acortará la brazada en general, haciéndola menos efectiva.
Alargar tu brazada puede no parecer que tendría los mayores efectos, ya que es un cambio tan pequeño, pero una vez que hagas ese ajuste, te volverás más eficiente en el agua, lo que significa que podrás conservar más energía y/o nadar más rápido.
Puede ser lo mismo en la carrera. Muchas personas mantienen apretada la parte superior del cuerpo mientras corren, pero lo ideal es estar relajado y suelto. No es necesariamente un cambio fácil (tendrás que concentrarte en mantenerte relajado hasta que se vuelva más natural), pero cuando lo logres, tu nueva forma de correr relajada te ayudará a ahorrar energía y, por lo tanto, te permitirá ir más rápido y por más tiempo.
En la bicicleta, se pueden hacer avances incrementales en forma de aerodinámica. Algo tan simple como dónde colocas tu botella puede hacerte más aerodinámico, lo que significa que serás más rápido entre T1 y T2.
No todo tiene que ser un cambio drástico para ayudarte a mejorar. A veces puede ser un cambio tan ligero como relajar tus hombros o mover una pieza en la bicicleta y verás que tus tiempos disminuyen.