Fue una noche que le perteneció al Barcelona. Cuatro goles, tres goleadores, y un pie ya en las semifinales de la UEFA Champions League. La demolición por 4-0 del Borussia Dortmund lo tuvo todo: un doblete vintage de Robert Lewandowski, una clase magistral de Raphinha y otro gol histórico de Lamine Yamal, de 17 años.
Pero entre la brillantez y la celebración en el Estadi Olímpic Lluís Companys, un momento de incertidumbre se coló—Yamal pidió ser sustituido al final del partido, provocando una preocupación generalizada entre los fans y expertos por igual. Acababa de grabar su nombre en los libros de récords nuevamente y se fue sonriendo del campo—pero ¿qué sucedió realmente? Hansi Flick, como siempre, tenía la respuesta.
El nombre del adolescente español ya resonaba en Montjuïc para el minuto 77. Tras recibir un pase inteligente de Raphinha en la izquierda, el extremo empujó con el pie un disparo frío hacia la esquina lejana para poner el 4-0. Con 17 años y 270 días, Yamal se convirtió en el tercer jugador más joven en la historia de la Champions League en marcar en unos cuartos de final o más allá, solo por detrás de Bojan Krkic y Jude Bellingham.
Pero solo cinco minutos después, el ambiente cambió. Yamal se llevó la mano al muslo izquierdo y señaló hacia el banquillo. Dortmund tenía un córner, así que la sustitución se retrasó, pero finalmente, Ansu Fati entró en el minuto 87. La afición local se puso de pie al unísono, rugiendo su aprecio por un adolescente que una vez más había ofrecido una actuación en un gran partido mucho más allá de sus años.
A pesar de su sonrisa al salir, las preguntas se agolpaban. ¿Era una lesión grave? ¿Era fatiga? ¿Podría el Barcelona estar enfrentando el golpe más inoportuno de la temporada?
¿Qué dijo Hansi Flick?
Hablando con Movistar+ después del partido, el entrenador del Barcelona, Hansi Flick, se apresuró a calmar cualquier temor. “Lamine Yamal no tiene lesión, está bien,” aseguró Flick. “Ha jugado muchos minutos recientemente, así que fue bueno descansar un poco. Es importante que Ansu Fati sume minutos, está entrenando bien y se merecía jugar. Fue bueno para Lamine descansar y también para Ansu Fati jugar.”
La salida de Yamal, resulta, fue una precaución en lugar de una necesidad, una decisión sabia con el Barcelona equilibrando sus ambiciones en múltiples frentes. Y con el adolescente ya acumulando muchos minutos en las últimas semanas—incluidas sus destacadas actuaciones contra el Nápoles y el Atlético de Madrid—gestionar su carga de trabajo fue tanto una decisión médica como táctica.
Según varios medios españoles, será monitoreado durante las sesiones de entrenamiento del jueves y viernes, y podría descansar para el enfrentamiento de La Liga del sábado contra el Leganés.