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Caen, uno de los clubes más históricamente significativos de Francia, está sumido en una crisis que amenaza su existencia en la Ligue 2. A solo meses de que la superestrella del Real Madrid, Kylian Mbappe, adquiriera una participación mayoritaria en el club, la situación dentro y fuera del campo ha salido de control. Con los aficionados protagonizando protestas, una transición tumultuosa en el cuerpo técnico y la amenaza inminente de descender a la tercera división de Francia, el sueño de revitalizar a Caen se ha convertido en una cruda realidad para Mbappe y los seguidores del club.
En agosto de 2023, el capitán de Francia acaparó titulares al adquirir el 80% de las acciones del SM Caen por €15 millones. Esta movida, aunque inesperada, fue impulsada por su deseo de diversificar sus empresas más allá de jugar y de invertir en el futuro del fútbol. La adquisición generó una emoción inicial, con los aficionados recordando el casi traslado de Mbappe a Caen cuando era adolescente y vislumbrando un futuro revitalizado para el club.
“Obviamente hay un efecto Mbappe”, dijo Pierre-Antoine Capton, un accionista minoritario, poco después de la adquisición. “Queremos hacer que el club sea aún más profesional y ayudarlo a progresar.”
Sin embargo, el optimismo rápidamente dio paso a la desilusión a medida que las fortunas de los Vikingos se desplomaron. Tras una narrativa de ambición en la pretemporada, la campaña del club en la Ligue 2 comenzó con una serie de actuaciones decepcionantes, dejándolos luchando contra el descenso en lugar de perseguir el ascenso.
La mala gestión de Mbappe y las críticas
Uno de los puntos más controvertidos de la gestión de Mbappe ha sido su manejo de los cambios en el cuerpo técnico. En diciembre de 2023, Caen se separó de Nicolas Seube, una figura querida que había servido al club por más de dos décadas. El despido de Seube se comunicó a través de una breve declaración de cinco frases, desencadenando la indignación entre los aficionados y exjugadores por igual.
El nombramiento de Bruno Baltazar como reemplazo de Seube avivó aún más el descontento. Baltazar, con poca experiencia como entrenador y un historial cuestionable en el fútbol polaco, no ha logrado inspirar confianza. Desde su llegada, el equipo aún no ha ganado un partido, marcando solo un gol en cuatro juegos.
Las protestas de los aficionados se intensifican
La frustración de los seguidores de Caen ha sido palpable. En el partido del 3 de enero contra Clermont, los aficionados desplegaron una serie de pancartas dirigidas directamente a la estrella del Real Madrid. “Aquí, el trabajo duro y la lealtad son las únicas cosas que hacen leyendas”, decía una. Otra afirmaba sin rodeos: “Mbappe, el SMC no es tu juguete.”
La ira alcanzó su punto máximo después de una derrota por 1-0 ante Guingamp el viernes 24 de enero. Los ultras irrumpieron en el campo en protesta, exigiendo responsabilidad a jugadores y directiva. La negativa del club a reunirse con los aficionados antes del partido tensó aún más las relaciones.
“La ira y el miedo se han apoderado de nosotros”, dijo un comunicado de Malherbe Normandy Kop, uno de los grupos ultras del club. “Tras una contratación inadecuada, una propiedad poco receptiva y jugadores que no parecen luchar, nos sentimos abandonados.”
Hasta enero de 2025, el SM Caen se encuentra en la penúltima posición en la Ligue 2, a seis puntos de la salvación. Con 15 partidos restantes, el equipo enfrenta una batalla cuesta arriba para evitar el descenso a la tercera división. La perspectiva de descender a un nivel tan bajo sería no solo un golpe para el legado del club, sino también un duro juicio sobre la administración de Mbappe.
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