¿Cuál es el propósito de desmentir el reportaje del NYT?

La presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo han continuado su ejercicio de intentar desmentir el reportaje del New York Times. Apenas el jueves pasado su equipo salió a refutar el trabajo del diario estadounidense. En opinión de la jefa del Estado y del resto de los funcionarios, las fotografías y contenido de la investigación carecen de veracidad lógica y científica.

Sin embargo, el discurso oficialista parece dirigirse también en otra dirección. Por un lado, el gobierno asegura que el proceso de “sintetización” del fentanilo no puede llevarse a cabo en “cocinas” caseras, lo que pondría en tela de juicio, en principio, un componente del reportaje del NYT.

Pero por el otro, el propio discurso oficialista parece buscar transmitir la idea de que no únicamente los medios para la fabricación de la droga mostrados por el NYT son inverosímiles, sino que en México NO se produce fentanilo, lo que sería, a todas luces, un burdo intento de construcción de una realidad alterntiva de la que en los hechos vive el país.

En este contexto, como he señalado en otros textos, el diario francés Le Monde publicó hace un año el resultado de una investigación llevada a cabo en el mismo estado de Sinaloa. Al respecto, dediqué unas líneas en mi columna intitulada “El fentanilo y el reportaje de Le Monde”, publicada en este mismo espacio de SDPnoticias en abril del año pasado.

En la citada investigación conducida por el diario francés se muestra el proceso de elaboración de fentanilo en los laboratorios del cártel de Sinaloa. A diferencia de lo expuesto por el NYT, se miran claramente laboratorios mas “profesionales” y un proceso general de producción más complejo, bien distinto, si se quiere, del trabajo de los estadounidenses.

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A pesar de ello, en realidad poco importa si el fentanilo “se cocina” bajo los procedimientos mostrados por el NYT o por Le Monde. Resulta irrelevante, en todo caso. Lo que ha quedado de manifiesto es algo más: la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno pretenden hacer especular sobre el hecho mismo de que sí se produce la droga en México por cualquier medio o procedimiento de elaboración, a la vez que buscan servirse de la polémica para descalificar el diario neoyorquino.