Deficiencias en el Informe de Finanzas Públicas

La entrega del Informe de Finanzas Públicas (IFP) trimestral es un hito relevante, como consecuencia de las significativas correcciones a la baja que en estos años se han hecho a la estimación de ingresos públicos. Al comparar el IFP del primer trimestre de 2025 con el de septiembre de 2024, se evidencia que pese a estimaciones de actividad similares, los ingresos se corrigen a la baja en $ 3.489 mil millones, por menores ingresos tributarios no cobre de $ 2.765 mil millones. Esto confirma lo planteado por el CFA y diversos analistas respecto del excesivo optimismo del Gobierno al estimar los ingresos tributarios. No es necesario conocer en detalle los modelos para llegar a esta conclusión, ya que en los tres últimos años se han supuesto tasas de crecimiento real de los ingresos tributarios que no se condicen con las estimaciones de actividad económica.

La conclusión es evidente: las nuevas estimaciones de déficit efectivo y ajustado por el ciclo siguen siendo inviables.

La significativa corrección de ingresos implicó que las estimaciones de déficit efectivo y cíclicamente ajustado presentadas con la Ley de Presupuestos para el año en curso han sido corregidas al alza, de 1% y 1,1% del PIB respectivamente a 1,4% y 1,6% del PIB en el IFP del primer trimestre. Estas cifras consideran, además, las llamadas medidas correctivas presentadas por Hacienda al Congreso, equivalentes a $ 1.949 mil millones, que no son de fácil realización. A ello se suma que la nueva estimación de ingresos supone un aumento de 9% real respecto al resultado efectivo de 2024, que sigue teniendo un significativo sesgo optimista. La conclusión resulta evidente: las nuevas estimaciones de déficit efectivo y ajustado por el ciclo siguen siendo inviables.

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A estas alturas, y luego de tres años consecutivos de incumplimiento de metas, es claro que en materia fiscal no tenemos un problema cíclico, sino estructural. El país ha ido aumentando derechos sociales de alto costo (gratuidad en la educación y PGU entre otros), sin que se hayan generado ingresos permanentes para financiarlos, en parte por reformas tributarias mal diseñadas y en parte también por la fuerte caída en el crecimiento de tendencia.

Se trata de un problema que no es de fácil solución y que exige mirar ingresos y gastos con un criterio más exigente. El problema se aliviaría si se revisa la política de gratuidad, se enfrenta en forma decidida la evasión del transporte público y se controlan las licencias médicas fraudulentas. El tema del gasto en personal también es relevante, y aunque el Gobierno plantee que el aumento en el número de funcionarios ha sido moderado, el gasto en personal acumuló un crecimiento real de 4% entre 2021 y 2024, a pesar de que en 2021 todavía estaba en funciones el personal de salud transitorio producto de la pandemia. Si se compara 2024 con 2019, antes de la pandemia, el aumento es de 15% real. Avanzar en la reforma del Estado parece entonces una condición necesaria para volver a cumplir las metas fiscales.

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