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Está claro que cada paso que se da para consolidar el rumbo de México está medido y está amarrado. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, presentó el lunes el Plan México y habló del potencial del país para captar inversión por sus ventajas competitivas, la ubicación geográfica y la calidad de sus recursos humanos, para el martes ya tenía un anuncio de inversión multimillonaria de parte de un gigante tecnológico, en este caso Amazon.
La presidenta reveló que hay 277 mil millones de dólares de proyectos de inversión en puerta, algunos más avanzados que otros, y es muy posible que tenga desde ya un panorama de cuáles de estos se materializarán en el corto plazo y en dónde, cuales van a largo plazo y cuales en definitiva no se pueden hacer.
El hecho es que México está convertido en el eje de muchos de esos planes y una de sus afirmaciones durante la presentación del Plan, es que el acuerdo comercial para América del Norte seguirá adelante, porque ha sido muy productivo y beneficioso para todos los involucrados, pero particularmente para los Estados Unidos.
La apuesta de México es seguir creciendo a partir de ese acuerdo y de la ventaja estratégica de ser el principal socio comercial del vecino país del norte. Esa alianza persistirá a pesar de Trump o con su beneplácito, porque al final de cuentas el capital impone condiciones y el mismo Donald es un empresario interesado en que las cosas le salgan bien al país que gobernará a partir del próximo lunes, a él le conviene el acuerdo con México y a su país también.
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Ayer martes la presidenta Sheinbaum confirmó lo que ya sabíamos, no asistirá a la inauguración de Donald Trump, en Estados Unidos no se hacen invitaciones abiertas a mandatarios y en este caso hay una excepción a los simpatizantes muy cercanos, como el presidente de Argentina, la primera ministra de Italia y el presidente de El Salvador, es decir políticos que piensan y actúan como Trump.
México no es necesariamente un país con afinidad política con las formas trumpianas de hacer política o gobierno, desde Andrés Manuel López Obrador nuestro país puso su marca y definió su rumbo, y aunque somos socios, aliados y vecinos de la mayor economía del mundo, creo que la visión de marcar un punto final a la sumisión que prevaleció durante el periodo neoliberal fue un gran logro.
La necesidad de que los yankees dejaran de considerar a México como su patio trasero y que por lo tanto pudieran hacer lo que quisieran en nuestro país, mangonearan al gobernante en turno y nos vieran como su reserva de mano de obra, recursos naturales un país de tercera, es algo que hizo mucho daño.
La dignidad con que se condujo López Obrador en su momento y la manera en la que Claudia Sheinbaum ahora maneja las cosas, pidiendo y exigiendo respeto para México, ha marcado la agenda pública.
Muchos de los que ahora están en la oposición mediática y en la partidista prefieren la otra manera, el ser sumisos y cuidadosos con los norteamericanos, la idea de no provocar su enojo para evitar las consecuencias, es algo que los distingue, sin embargo para lo que busca México como nación y el esfuerzo que hace la 4T, marcan una nueva agenda.
Está clarísimo que compartimos más de 3 mil kilómetros de frontera con el mayor imperio económico del mundo, que tenemos enormes intereses en común y que incluso los fundamentos del Plan México promueven el cuidar el interés de nuestros socios comerciales, pues en la medida que le vaya bien a Estados Unidos y conserve la posición del líder economicistas o global, es en la medida que le irá bien a México.
Sin embargo eso no significa que debamos entregarnos a la voluntad y caprichos de nuestros socios estadounidenses, por el contrario la visión de convertir a México en un jugador de primer orden en la economía y en la política internacional permite avizorar nuevos escenarios para nuestro país.
Con Donald Trump como presidente 47 de la Unión Americana, llega un nuevo momento en la relación bilateral, pero lejos a la fascinación de algunos medios y dirigentes políticos de la oposición, yo no veo el desastre al que aluden, yo veo una oportunidad en la que México (a pesar de la retórica del mismo Trump), podrá resultar el más favorecido.
Solo el tiempo y los hechos dirán.
Correspondencia a [email protected] | X: @Demiandu
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