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“Si me caigo en la barranca, es mi barranca
Si me doblo de dolor, es mi dolor
Si me mando al séptimo cielo, es mi cielo
Si me equivoco de camino, igual
Es mi camino”
SELENA GÓMEZ
“- Es como algo ya vivido.
– Un déjà vu. A veces lo tachan de acontecimiento neurológico pero, a menudo, es un mensaje desde el fondo del alma. Y cuando el alma llama a nuestra puerta … hay que dejarla entrar.”
PELÍCULA ‘UN DÍA INESPERADO
El control de precios en las gasolinas ya lo hemos vivido y podemos decir sin temor a equivocarnos que es una medida terrible. Traerá más pérdidas a Pemex y mayores presiones financieras al gobierno y, por lo mismo, a la población mexicana.
Entonces, ¿por qué lo hacen las autoridades? Simple y sencillamente para ocultar el desastre que está representando Petróleos Mexicanos como empresa del Estado. Hoy por hoy, la sangría ocurre en todos los rubros.
Mismo la recién adquirida Deer Park, refinería que solía tener utilidades importantes, desde que está en manos de la 4t es un desastre. El año pasado tuvo pérdidas por 118 millones de dólares. ¿Cómo es posible que una planta que siempre fue exitosa y generaba ganancias en manos privadas, tan solo en tres años de manejo de ‘la Transformación’ generó pérdidas?
Las mismas no se deben a una disminución en el precio del petróleo a nivel internacional, el cual continuó todo este lapso de tiempo con un valor de 70 dólares el barril. O a que los subsidios le hayan sido recortados a Pemex (de hecho, los impuestos devengados por la empresa fueron menores que en otros años).
Las pérdidas de Pemex son el costo de una política energética obsoleta, arcaica. Compendio de la necedad de imponer una visión que no funciona, en lugares que encima causan un impacto en la ecología (Dos Bocas), lejos de los centros de alta demanda y, también —imposible negarlo— de una corrupción que no disminuyó en el sexenio pasado, sino que se exacerbó. Inversiones altamente cuestionables y acusaciones de malversación pululan.
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Las pérdidas de Pemex del 2024 son de tal envergadura que equivalen a todo el presupuesto de la Secretaría del Bienestar (casi 31 mil millones de dólares). La deuda que tiene Pemex hoy con sus distribuidores es la mayor en los últimos 13 años; no se ve cuándo ni cómo les van a pagar.
Con el plan de fortalecimiento eléctrico en conjunto, entre la CFE y la iniciativa privada, se busca invertir 22 mil millones de dólares en todo el presente sexenio; ¡dos tercios de lo que Pemex perdió en un año!…
Pero no nos equivoquemos ni nos dejemos engañar, las pérdidas no solo ocurrieron en el 2024. En el sexenio de López Obrador, estas sumaron más de 88 mil millones de dólares; ¡el 90% de todos los programas sociales del sexenio pasado!
Es momento de terminar de despertar y darse cuenta del robo y engaño que desea prolongar el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Solo por eso debiéramos decir NO a la más reciente simulación disfrazado de “acuerdo de manera voluntaria” con los gasolineros, el cual busca topar el precio de la gasolina durante los próximos seis meses (Hacienda busca obtener lo máximo vía impuestos). Se prometió que con la 4t el precio del litro de gasolina sería de 10 pesos. ¿Por qué toparla a partir de ahora a 24 pesos? Porque eso significará ingresos para el Estado.
Mas si eso no nos basta, pensemos que la fijación en los precios de la gasolina es un incentivo mayúsculo para que se robe y se venda combustible en el mercado negro. Dicho de otro modo, tendremos un incremento brutal en el huachicol. ¿Se acuerda que el gobierno de AMLO se estrenó supuestamente combatiendo esta modalidad de atraco a la nación? Pues bien, el segundo piso de la Cuarta Transformación nos quiere de vuelta al huachicoleo y en tiempo récord.
Pero para mayor seña, esta ocurrencia ya la vivimos a principios de los años 80 y terminó mucho muy mal. Desabasto, gasolina mezclada con agua y “litros” de 750 mililitros.
Vergonzoso que los supuestos expertos en la industria petrolera, muchos de ellos formados en Estados Unidos, que hoy engrosan las filas de la 4t, no conozcan o no les importe generar el mismo desastre vividos en tiempos de José López Portillo.
Entiendo que tanto a Morena como a la 4t les urja compensar su afectado financiamiento ahora que están perdiendo las aportaciones que les daba el narcotráfico y la migración ilegal propiciada por el propio oficialismo, pero esto que han diseñado como alternativa es el esquema más nocivo para México.
Ya hemos pasado por esto. Tanto la secretaria federal de Energía, Luz Elena González, como el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, conocen lo que sucedió en 1982. Está de vuelta con el ‘control de precios’. Para citar al clásico: este no sirve para lo que supuestamente sirve y no sirve tampoco para todo lo demás.
Giro de la Perinola
(1) El exdirector de Pemex, Octavio Romero, quebró la empresa. Desastrosa administración y operación. No me cansaré de decirlo: debe ser llamado a cuentas.
Por lo pronto ha recibido el Infonavit. Con una ley a modo tronará al Instituto y desaparecerá los ahorros de los trabajadores.
(2) El año pasado, cada minuto Pemex perdió 1 millón 180 mil pesos ¡por minuto! En comparación, Chevron —compañía estadounidense y privada de tamaño similar a Pemex— obtuvo ganancias por 18 mil millones de dólares.
(3) Resuena en nuestros oídos estas palabras: “no tiene mucha ciencia extraer petróleo”. No las olvidemos.
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