Europa se viste de verde olivo.

Durante tres días, más de 40 jóvenes pudieron vivir como un soldado. El campamento organizado a inicios de mes en Oberpfalz, Bavaria, fue una de las tantas iniciativas que ha lanzado el Bundeswehr alemán para reclutar jóvenes. Pero contrario al espíritu que ha dominado desde la Segunda Guerra Mundial, la militarización ahora es aplaudida e impulsada por el mundo político.

En una muestra de lo drástico de los cambios desatados por la administración de Donald Trump, Europa ahora aplaude la idea de un ejército alemán más fuerte. No es solo Alemania, en toda la región los gobiernos hacen planes para adquirir armamento, reclutar más soldados, e incluso preparar a sus ciudadanos para “sobrevivir 72 horas sin asistencia del Estado” ante una emergencia.

“Nos enfrentamos a un despertar europeo… Tenemos que responsabilizarnos más de nuestra propia seguridad, tenemos que gastar más en defensa, pero también tenemos que gastar con prudencia”, declaró el ministro de Economía de Polonia, Andrzej Domanski, a la salida de una de las tantas cumbres que se han realizado desde enero para discutir el tema.

Es un despertar tardío. Ni siquiera la anexión rusa de Crimea, tras la invasión a Ucrania en 2014, sacudió la voluntad de los gobiernos europeos -especialmente Alemania- de seguir haciendo negocios con Moscú. Quizás, ante la seguridad de que una agresión de Rusia sería contenida de inmediato por EEUU, su aliado en la OTAN.

Pero el regreso de Trump a la Casa Blanca ha puesto en duda tal defensa. A diferencia de sus predecesores, Trump no está dispuesto a ceder en la demanda de EEUU de que los demás miembros de la OTAN cumplan con su cuota de 2% del PIB en defensa y equipo militar, bajo amenaza de retirarse del bloque. Incluso ha planteado que el gasto de los europeos debería ser de 5% del PIB, ya que Washington no es el que se siente amenazado por Rusia.

LEAR  Steaua de Bucarest 0-0 Manchester United: Los Rojos de Amorim esperan una progresión tranquila en la Europa League.

Varios países han dado ya primeros pasos. El más notable fue la reforma constitucional en Alemania, modificando la regla fiscal, para dejar fuera de las restricciones presupuestarias el gasto en defensa. Capital Economics proyecta que Alemania aumentará su gasto en defensa de 2% del PIB a 3,5% hacia 2027. Esta alza podría llevar a que la deuda alemana crezca de 63% a 100% del PIB.

Pero la UE está flexibilizando sus reglas fiscales, para permitir a sus miembro elevar su gasto militar. Tras el cambio, España anunció que terminará con décadas de baja inversión (de apenas 0,9%-1,2% del PIB) y cumplirá con un 2% del PIB en gasto en defensa, con 11 mil millones de euros de nuevas inversiones.

Suecia ha comprometido llegar a 3,5% del PIB (desde 2% actual) hacia 2030. Finlandia promete alcanzar el mismo nivel hacia 2029.

“Nuestro continente se ve actualmente afectado por guerras, agresiones y otros actos hostiles… Están amenazando directamente nuestro modo de vida y nuestra capacidad de elegir nuestro futuro mediante procesos democráticos… Los aliados y socios tradicionales, como EEUU, están cambiando su enfoque lejos de Europa a otras regiones. Es algo que se nos había advertido, pero que está ocurriendo más rápido que lo que muchos habían previsto”, se lee en el Plan para la Defensa Europea, Preparación 2030.

El factor Rusia

En la región, partidos de derecha conservadora -en su mayoría alineados con Moscú- acusan a Bruselas de querer generar un estado de histeria para capturar más poder, con la excusa de necesidad de defensa.

Pero las dificultades de lograr un acuerdo con Moscú para el fin de la invasión a Ucrania, y la aparente simpatía de Trump y su círculo (JD Vance y el movimiento MAGA) con Vladimir Putin, generan alerta entre los gobiernos y el establishment europeo.

LEAR  ¿Qué es el G20 y cuál es su propósito? Claudia Sheinbaum participó en este evento de gran importancia

El plan presentado por la Comisión Europea contempla la movilización de 800 mil millones de euros en defensa en los próximos cuatro años, de los cuales 150 mil millones corresponderían a un instrumento de financiamiento conjunto.

Aunque notablemente superior a los 326 mil millones de euros movilizados en 2024 (1,9% del PIB de la UE), la inversión que plantea la UE representaría -si el Producto crece a una tasa de 1,6% anual- un 4,3% del PIB del bloque a 2028. Es decir, aún la UE quedaría por debajo del gasto militar de Rusia (6% del PIB).

Una cosa son las promesas, y otra la real capacidad de la región para rearmarse. “El dilema de Europa es que estos ambiciosos objetivos de rearme deben alcanzarse con un espacio fiscal limitado y con una industria de defensa fragmentada, que ya se encuentra sobrecargada debido a su limitada capacidad y el apoyo a Ucrania”, advierte el equipo del think tank Bruegel liderado por Guntram Wolff, en un análisis del plan de la Comisión Europea.

Wolff y sus investigadores recuerdan además la dependencia de los ejércitos europeos en la tecnología (sistemas digitales, software y armas) y las labores de la inteligencia estadounidense. Ninguna fácil de reemplazar rápidamente. Según un estudio de Bloomberg Intelligence, si Rusia decidiera invadir territorio europeo hoy, la defensa de la UE caería en cuestión de pocas semanas sin la asistencia de EEUU.

No son solo las armas. Cifras del Instituto de Estudios Estratégicos estiman que las tropas de todos los países de la UE suman unos 1,5 millones, apenas el doble que Ucrania (730 mil), pero fragmentadas entre todos los países y en muchos casos -como en Alemania- porcentajes importantes están dedicados a labores técnicas y administrativas.

LEAR  Tepotzotlán organiza la Expo Ambiental 2025 "Corazón Verde"

A pesar del entusiasmo causado por las promesas de mayor gasto y los planes de la UE, analistas advierten que el rearme de la región será lento y no estará exento de desafíos políticos. El aumento del endeudamiento que será necesario para financiar el gasto militar debilitará aún más las arcas fiscales y encarecerá los costos de financiamiento en la región.

Los más optimistas apuntan a una nueva era de desarrollo industrial. Pero la industria de defensa se concentra en pocos países (Alemania, Francia, Suecia e Italia), y el aumento de capacidad de producción no será inmediato.

Sin un aceleramiento del crecimiento económico, y ante el mayor endeudamiento, pronto los gobiernos se verán enfrentados a mayores problemas para responder ante las crecientes presiones de gasto social, a conciencia de la inmigración y el cambio demográfico.

De ahí que los miembros europeos de la OTAN ven restringida su capacidad de cumplir con las demandas de EEUU. En junio, reunidos en La Haya, probablemente aprobarán aumentar la obligación de inversión en defensa a 3% del PIB. Aún por debajo del 5% demandado por Trump. Cómo responda la Casa Blanca y el estado de las negociaciones en torno a Ucrania determinarán si la UE deberá pisar el acelerador en su plan militarizador, o si puede respirar tranquila, por ahora.

Deja un comentario