Desde muy temprano en su pontificado, Francisco I marcó el camino que seguiría al frente de la Iglesia Católica. Sus preocupaciones se centraban en un mundo cada vez más deshumanizado e individualista, advirtiendo sobre un cambio de civilización del cual la Iglesia debía hacerse cargo.
Esto se reflejó en los cambios que promovió dentro del clero y en las encíclicas que publicó, donde abogaba por recuperar el humanismo desde diversas perspectivas, ya sea social o medioambiental.
Jaime Antúnez, presidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, destacó los grandes legados de Francisco I a lo largo de su pontificado.
Uno de los hitos más notables fue la forma en que asumió el papado, con otro Papa vivo, demostrando desde el inicio su respeto y cariño hacia su predecesor, Benedicto XVI. Su preocupación por un mundo deshumanizado se vio reflejada en su estilo de gobierno y en su cercanía con la gente, como se evidenció en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.
El presidente de la academia también resaltó el Año de la Misericordia convocado por el Papa, destacando la importancia de la misericordia en un mundo competitivo y individualista. Las encíclicas como Laudato Si’ o Fratelli Tutti también fueron mencionadas como parte de sus grandes legados, al igual que la encíclica sobre el Sagrado Corazón, Dilexit Nos.
En cuanto a las diferencias con sus antecesores, se destacó la habilidad de Francisco I para abordar temas complejos como los abusos en la Iglesia con fortaleza y sabiduría. Sus encíclicas, como Amoris Laetitia, generaron discusiones profundas sobre temas como el matrimonio y la misericordia hacia aquellos que sufren.
El Papa se mostró cercano a la juventud, participando activamente en las Jornadas Mundiales de la Juventud y mostrando su cariño y respeto hacia todos, incluso los más vulnerables. Ante el desafío de los abusos en la Iglesia, Francisco I implementó cambios importantes en la jerarquía eclesial para abordar este problema con firmeza y compasión.
En cuanto a los desafíos que enfrentará el próximo Papa, se mencionó la posibilidad de que sea un Papa asiático, considerando los cambios en la demografía católica y la importancia de mirar hacia otros horizontes espirituales. El próximo Pontífice deberá enfrentar los desafíos de un mundo deshumanizado, pero con una mirada puesta en las espiritualidades fuertes de otros continentes.