La polémica en Brasil continúa con las declaraciones del expresidente Jair Bolsonaro, quien se encuentra hospitalizado por una cirugía intestinal. Bolsonaro se pronunció sobre la decisión del gobierno de Lula da Silva de otorgar asilo político a la exprimera dama Nadine Heredia.
Bolsonaro expresó su rechazo al asilo político, que considera desvirtuado, y lamentó el impacto en la imagen del país al proteger a una condenada a 15 años de prisión por lavado de activos. A pesar de estar en la unidad de cuidados intensivos, se enteró de las gestiones en favor de Heredia, lo cual, según él, “avergüenza a nuestro pueblo y atenta contra la dignidad nacional”.
El expresidente denunció que los corruptos condenados por lavado de dinero y malversación de fondos públicos están siendo recibidos como “perseguidos políticos”, transportados por la Fuerza Aérea Brasileña y acogidos con honores por un gobierno que desvirtúa el asilo para solidarizarse con quienes roban a su propio pueblo.
En este sentido, Bolsonaro lamentó que la imagen de Brasil en el exterior esté siendo dañada por aquellos que deberían protegerla, y que la justicia esté siendo utilizada como un instrumento de venganza según los caprichos de un solo hombre. Adicionalmente, señaló que esta situación genera incertidumbre, inestabilidad jurídica y socava la credibilidad del Poder Judicial brasileño, lo cual tiene costos cada vez más altos para el país.
La decisión de otorgar asilo político a Heredia y su esposo, el expresidente Ollanta Humala, tras ser encontrados culpables por lavado de activos, también ha sido cuestionada por diputados brasileños, quienes presentaron una moción en contra del canciller Mauro Viera.