“Ese animal se criaba para ser cazado”, explicó un cazador de ballenas
Nido Vacío.- Reconocidos paleontólogos han revelado que la verdadera razón por la que el dodó se extinguió fue la prohibición de cazar esta ave, en un claro ejemplo de lo que pasa cuando el sentimentalismo se antepone a la tradición.
“La gente no entiende que cuando se deja de usar a un animal para entretenimiento, simplemente deja de existir”, explicó el doctor Near Dental, renombrado paleontólogo y organizador de peleas clandestinas de gallos.
✅ Así era el Dodo (Raphus cucullatus), su último avistamiento con vida fue en 1662; a la humanidad solo le tomo 64 años extinguir a la especie.
✅ El dodo es uno de los casos de extinción más estudiados hasta la fecha.
✅ Muchos creen que el dodo es producto de la imaginación… pic.twitter.com/F7G71nxhTk
— Enséñame de Ciencia (@EnsedeCiencia) January 24, 2024
El dodó desapareció porque se dejó de criar en jaulas
Según su teoría, los dodós eran el alma de las ferias locales, donde los pobladores acudían para ver a los valientes doderillos esquivar a los enormes y peligrosos pájaros con grandes muletas hechas de palma.
“El dodó vivía como un rey, se apareaba cada que quería, no tenía depredadores naturales y solo al final experimentaba un poco de adrenalina”, razonó Dental mientras mostraba fotos de una faena en la que cayó el último dodó.
Las investigaciones en las Islas Mauricio han establecido fehacientemente que, en cuanto se prohibió su caza, el interés por criar este animal en granjas cinegéticas desapareció, provocando así su irremediable extinción.
“En cuanto dejaron de organizarse corridas de dodós, nadie quiso seguir criándolos y la especie desapareció de la faz de la Tierra”, añadió otro investigador devenido en cazador de ballenas.
Los resultados serán presentados para que el mundo conozca lo que sucede cuando se prohíben la caza y el entretenimiento tradicional con animales, todo por darle gusto a falsos activistas y entusiastas del sushi, quienes solo buscan que la gente no se divierta viendo peleas de perros clandestinas.
“Que la historia del dodó nos sirva de lección”, concluyó un investigador con una boina y pañoleta roja.