Personas de todo el mundo llegan a Roma para dar el último adiós al Santo Padre
Las exequias públicas del Papa Francisco comenzaron ayer miércoles con una solemne ceremonia que marcó el inicio de tres días de recogimiento y oración. El féretro del pontífice, quien murió el lunes a los 88 años debido a un ictus, fue trasladado desde la residencia de la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro.
El cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia Católica, presidió la oración inicial antes de que el féretro comience su recorrido. La procesión pasó por la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos, antes de llegar a la Plaza de San Pedro.
La entrada al Vaticano se realizó por la puerta central de la Basílica, donde los Patriarcas, Cardenales, Arzobispos, Obispos y miembros de la Capilla Pontificia acompañaron el féretro, todos vestidos con el hábito coral, en un acto solemne que reafirma el respeto y la devoción hacia el papa Francisco.
Una vez en la Basílica de San Pedro, el cuerpo del Papa fue depositado en el Altar de la Confesión, situado bajo el famoso baldaquino de Bernini, un lugar de profundo simbolismo.
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La Liturgia de la Palabra dio inicio a las ceremonias, marcando el comienzo oficial de los homenajes públicos que se extenderán hasta el viernes. Durante estos tres días, el templo permanecerá abierto hasta la medianoche el miércoles y jueves, brindando a los fieles la oportunidad de acercarse al féretro y rendir su último adiós a un papa que ha dejado una huella imborrable en la historia de la Iglesia.
El viernes, las exequias llegarán a su fin con la culminación de los homenajes públicos. Se espera que una multitud de fieles, dignatarios y jefes de Estado se reúnan para asistir al funeral de uno de los pontífices más influyentes de la era moderna.
EL LUTO
La Santa Sede confirmó que este sábado, tras el funeral del Papa Francisco, se dará inicio al período tradicional de nueve días de luto que le siguen a la muerte de un sumo pontífice, conocido como Novendiales.
Durante este período se celebrarán misas y diversos rituales en homenaje a Francisco, con el primero de ellos a las 10:00 hora local del 26 de abril, en la basílica de San Pedro, informó el arzobispo Diego Ravelli.
La última de ellas, en tanto, se realizará el domingo 4 de mayo a las 17:00 hora local, también en la Basílica, y será celebrada por el cardenal Dominique Mamberti.
Entonces, se marcará el final del luto y se podrá dar paso al cónclave, que acabará con la elección del próximo líder de la Iglesia Católica.
SEGURIDAD
Italia ha previsto además un gran dispositivo de seguridad, ya que se prevén más de 200.000 fieles y numerosos jefes de Estado y de Gobierno en la plaza del Vaticano.
Entre cuatro guardias suizas inmutables, los restos mortales del pontífice argentino descansan debajo del famoso baldaquino de Bernini, en un féretro que él mismo quiso que fuera sencillo y despojado de ornamentos. El ataúd es de madera y zinc y no está expuesto sobre un catafalco, el túmulo ceremonial en el que sí estuvieron sus predecesores.
Desde primera hora de la mañana, cuando el féretro del pontífice llegó desde la capilla de la Residencia de Santa Marta, se empezó a formar una cola de miles de personas que querían rendirle un último homenaje al papa argentino que llegó, como el mismo dijo, “desde el fin del mundo”.
En silencio, con lágrimas en los ojos y con el móvil en la mano para inmortalizar el momento, peregrinos, turistas, creyentes y no creyentes pasaban uno a uno delante del féretro abierto de Francisco tras esperar cuatro o cinco horas, primero bajo el sol de la plaza de Sen Pedro y luego en el silencio y el respeto dentro de la basílica.
CONSERVACIÓN
Francisco está vestido con una sotana roja, en la cabeza lleva la mitra papal y entre las manos, un rosario. Además, ha sido sometido a un procedimiento de conservación conocido como tanatopraxia, para frenar todo lo que se pueda la descomposición durante los días que estará expuesto al público.
Aunque Jorge Bergoglio esté expuesto en la basílica, este no será la última parada de su viaje: dejó escrito en su testamento que quiere ser enterrado en una de las cuatro basílicas de Roma, la de Santa María la Mayor, donde siempre pasaba a rezar antes de cada viaje.
El viernes 25 de abril, a las 20:00 horas, el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, presidirá el cierre del ataúd y el sábado 26 de abril, cuando termine la misa, el féretro del pontífice se trasladará a Santa María Mayor para ser enterrado allí eternamente.