A pesar de que nadie o pocos lo crean, así de real, las cosas están sucediendo de esta manera. América está despertando y alertando, de forma progresiva, al mundo sobre el Comunismo del Siglo XXI y su nefasta ideología, que solo ha traído pobreza, desesperación y desastre moral a los países y continentes que la han adoptado. La Agenda 2020-2045, el auge del progresismo, el movimiento LGTB, la inmigración masiva, las bandas criminales extranjeras en distintos países, el irrespeto a Dios, a la familia y a la religión, así como las costumbres y tradiciones olvidadas de las naciones, todo va cayendo poco a poco.
Y todo empieza en Centroamérica, con el primer gobierno de Nayib Bukele en El Salvador, quien se atrevió a enfrentar la injusticia, la criminalidad y la corrupción generalizada que azotaba a su país durante años. También se enfrentó directamente a organismos internacionales, ONG, la Comisión Internacional de Derechos Humanos y muchos otros que defienden a criminales y terroristas que atentan contra la vida y derechos civiles de las sociedades. Además, Bukele desconoce y desafía los lineamientos del nuevo orden internacional.
A este ejemplo de valor y cambio, le sigue Argentina, en Sudamérica, con el gobierno de Javier Milei, cuyas acciones y principios se alinean en gran medida con lo realizado por Nayib Bukele, quien ya se encuentra en su segundo período presidencial. Posteriormente, se suma el reciente ascenso de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, con una política más equilibrada que redefine lo político, económico, social y militar, desmarcándose del comunismo del siglo XXI y desafiando el poder de potencias como Rusia, China y los propios Estados Unidos. Trump también replantea temas como la OTAN, la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto entre grupos terroristas árabes e Israel, el desbalance de poder entre China y EEUU., y propone una redistribución más equitativa de aranceles a nivel mundial. Esto genera un remezón en el orden económico global y marca un camino para recuperar las tradiciones perdidas de la vida norteamericana.
A este panorama se suma la situación de Groenlandia, donde, en las últimas elecciones, la juventud dio el triunfo a la derecha, y ahora se impulsa un movimiento que busca convertirla en un estado independiente asociado a EEUU, como también ocurre con Puerto Rico.
Asimismo, en Ecuador, triunfa la derecha con el presidente Daniel Noboa, de centro derecha, quien apoya a la Policía y a las Fuerzas Armadas en una lucha frontal contra mafias narcoterroristas, bandas criminales nacionales y extranjeras, inmigración ilegal, (principalmente de venezolanos) y la corrupción del partido de izquierda liderado por Rafael Correa, vinculado al narcotráfico y la minería ilegal en la frontera con Perú. Su candidata, Luisa Gonzales, acaba de perder las elecciones, denunciando supuesto fraude con el respaldo de Nicolás Maduro.
¿Y qué pasa (y pasará) entonces en el Perú? Daniel Noboa gana en Ecuador, mientras que Bolivia, con Evo Morales, se queda sin dólares, gasolina, medicinas, y productos básicos, avanzando hacia un nuevo fraude en el sur. Curiosamente, la esposa de Ollanta Humala, Nadine Heredia, se asila en Brasil (Foro de Sao Paulo) y la esposa de Pedro Castillo está asilada en México (Grupo de Puebla), ambas sentenciadas por la Justicia Peruana.
¿Será que los comunistas y caviares ya tienen todo concertado para el 2026? A esto se suma el caos en el Poder Judicial, una inseguridad ciudadana galopante, y más de 43 Partidos Políticos, donde la mayoría es de izquierda y todos pugnan por la presidencia o por integrar el próximo congreso bicameral.
¡Les pregunto!
¿Quién debería entonces, ponerle el cascabel al gato en el Perú?
(*) Teniente General FAP