Javier Llaque admitió que el incidente revela una falla en los protocolos de seguridad.
Después de la inusual fuga de un recluso del penal de Lurigancho, el presidente del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Javier Llaque Moya, visitó el establecimiento penitenciario y aseguró que el hecho es un caso aislado que no se repetirá.
El jefe del INPE reconoció que el incidente revela una falla en los protocolos de seguridad. “Seguramente hubo un error. Se está investigando, pero ya hemos tomado medidas correctivas”, agregó. Al mismo tiempo, el viceministro de Justicia, Juan Alcántara Medrano, también se presentó en el lugar y confirmó el inicio de las diligencias correspondientes para esclarecer lo ocurrido y determinar las responsabilidades.
Lee también:
Ollanta Humala es trasladado al Penal de Barbadillo
El incidente ocurrió el lunes 21 de abril a las 19:30 horas, cuando el interno John Kennedy Javier Sebastián, del pabellón 10, logró evadir los controles de seguridad durante el preencierro. Según informó el INPE en un comunicado oficial, el recluso escaló la malla de seguridad, cruzó el área conocida como “tierra de nadie” y logró trepar el muro perimétrico. Escapando mientras profería arengas religiosas como “¡Aleluya, Cristo vive!”. El suceso fue presenciado por vecinos de la zona.
Como parte de las acciones inmediatas, el INPE decidió remover al director del penal de Lurigancho y cambiar al personal de seguridad implicado. Además, se ha reforzado la vigilancia interna y externa del recinto penitenciario. La Oficina de Asuntos Internos ha asumido la investigación para establecer responsabilidades administrativas y disciplinarias.
Este incidente ha puesto en duda los actuales protocolos de seguridad en los penales de máxima población del país. Esto ha reavivado el debate sobre la necesidad de modernizar los sistemas de vigilancia penitenciaria.