Tesoro de queso jalisciense

¡Bienvenidos amantes de la gastronomía! Las malas noticias empañan un estado tan hermoso como lo es Jalisco, de eso no hay duda. Por eso, para contrarrestar, quiero hablar de una joya gastronómica que tiene dicho estado y que vale la pena probarlo, se los aseguro.

De hecho, la lista de Taste Atlas lo ranqueó dentro de los mejores quesos del mundo, y estamos hablando del queso adobera, que me trae infinitos recuerdos de mi infancia en Guadalajara.

Porque deben saber que en mis años mozos, saliendo del colegio mi mamá solía pasar por las tortillas, y aprovechaba para poner queso y aguacate en la mesa, a modo de entrada, y era maravilloso como este queso delicioso, recién cortado, fresco y sobre una tortilla blanca de maíz, solamente acompañado de una laja de aguacate puede llevarte al cielo.

Y lo mejor de este queso es la propiedad que tiene para gratinarse, pues además de poderse degustar fresco, como si se tratara de un queso panela, en boca es un poco más salado, con más sabor, y puede utilizarse para comerse en quesadillas, pues se gratina como si fuese un queso Chihuahua o tipo Manchego, el mexicano, no el español que es otra cosa muy distinta.

La calificación que le dio Taste Atlas al queso adobera fue de 3.8 sobre una calificación de 5. Se llama “adobera” porque la forma en que se fabrica este queso parece un adobe, un ladrillo hecho de barro, y su producción mayormente se realiza en los Altos de Jalisco y su cuenca lechera.

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Su elaboración es artesanal, con leche cruda o pasteurizada, y se puede añejar, aunque generalmente suele consumirse en su versión de queso fresco. Es un queso muy versátil que se puede desmoronar, comer en rebanadas, o gratinado en cualquier guiso. En Guadalajara es muy común usarlo en los molletes, o rallado sobre unos deliciosos chilaquiles verdes.

La historia de este queso se remonta al siglo XIX cuando las migraciones de judíos sefardíes se instalaron en nuestro país. Después, fueron los franceses que se terminaron afincando sobre todo en la región del Bajío tras enfrentamientos bélicos, que trajeron con ellos los procesos de pasteurización y elaboración de “otro tipo” de quesos.

Sin duda alguna es un queso espectacular, endémico de la zona occidental del país y que gracias a la alimentación especial que reciben las vacas de la región, lo hacen único, con características increíbles como lo es desmoronarse y gratinarse al mismo tiempo.

De verdad, si tienen la oportunidad de ir al estado de Jalisco, no lo piensen dos veces y prueben esta joya de queso, con frijoles negros recién salidos de la olla, como quesadilla, solo o acompañado, este queso es delicioso. Bon appetit!!!

Cat Soumeillera en X: @CSoumeillera

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