Mario Vargas Llosa y su compromiso cívico con el Perú
Mario Vargas Llosa siempre ha sido antifujimorista, pero en las últimas elecciones sorprendió al pedir votar por Keiko Fujimori en lugar de por Pedro Castillo. Este gesto reflejó su compromiso cívico con el Perú, ya que consideraba a Keiko como la opción menos peligrosa frente a las iniciativas golpistas de Castillo, como la supresión de la Defensoría del Pueblo y el Tribunal Constitucional. La postura de Vargas Llosa evidenció su profunda preocupación por los riesgos democráticos que un gobierno liderado por alguien sin convicciones democráticas claras podía representar.
El apoyo de Perú Libre, liderado por un radical comunista admirador de la revolución cubana, fue determinante en la decisión de Vargas Llosa. El tiempo le dio la razón, ya que el fallido golpe de Estado de Castillo demostró su falta de convicciones democráticas y los peligros de su propuesta política. Ante este panorama, la opción de Keiko Fujimori, a pesar de no ser perfecta, se percibía como un freno a los riesgos de un autoritarismo inminente.
Algunos podrían pensar que Vargas Llosa debería haberse mantenido al margen, pero él siempre ha sido un hombre de acción. Un claro ejemplo de esto fue su viaje a Venezuela durante la dictadura de Hugo Chávez, donde fue maltratado por el régimen. Cuando Chávez lo desafió a un debate público, Vargas Llosa aceptó, y fue Chávez quien finalmente se retiró. Este episodio es solo uno de los muchos en los que Vargas Llosa demostró su valentía y su firme compromiso con la lucha por la libertad, enfrentándose a dictadores y sistemas autoritarios sin vacilar.
Vargas Llosa siempre ha condenado las dictaduras, independientemente de su ideología, ya que considera que la mano dura no resuelve los problemas. A lo largo de su vida, ha sido un firme defensor de los valores democráticos, creyendo que la democracia es la única forma de garantizar los derechos y las libertades fundamentales. Su conducta a lo largo del tiempo ha sido ejemplar, y estoy seguro de que, al final, recibirá el reconocimiento que merece, no solo por su contribución literaria, sino también por su incansable lucha por un mundo más justo y democrático.
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