¿No puedes ir a la piscina? Utiliza bandas de resistencia para ‘nadar’ en casa.

Cuando se trata de entrenamiento de natación, meterse en el agua es la mejor opción. Sin embargo, nadar no es la única forma en la que puedes mejorar como nadador. Si no puedes ir a la piscina para entrenar pero aún tienes tiempo para entrenar en casa, no cambies tu sesión de natación por una carrera o un paseo en bicicleta, sino que saca una banda de resistencia y completa tu “nado” de esa manera.

Cómo usar las bandas

Lo más importante a considerar al usar una banda de resistencia es dónde la usas. Si tienes una banda básica, necesitarás encontrar un lugar donde puedas envolverla alrededor de algo que no se rompa. Por ejemplo, podrías pasar la banda alrededor de un barandal, pero solo si estás seguro de que el barandal es lo suficientemente resistente. Lo último que quieres es romper algo, porque no solo te costará dinero repararlo, sino que también podrías resultar herido si la banda te golpea en la cara. Si tienes una banda que se puede asegurar a las puertas, asegúrate de que nadie abra la puerta mientras la estás usando. Una vez más, esto solo terminará con una lesión para ti.

Una vez que tengas un lugar seguro para hacer ejercicio, querrás enfocarte en tu postura. Dobla ligeramente las rodillas, inclínate en las caderas y gira hacia adelante. Asegúrate de mantener la espalda recta, al igual que lo haces en la piscina. Con la banda en ambas manos (si tu banda tiene asas, úsalas, pero si no, puedes atar los extremos para hacer un par de agujeros por donde pasar las manos), recrea tu brazada de nado.

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Enfócate en el codo alto, asegúrate de completar cada brazada (estirando el brazo detrás de ti) y recupérate hasta la parte superior de tu brazada tal como lo harías en el agua. El movimiento debe ser suave y fluido, al igual que cuando estás nadando.

Ejemplos de entrenamientos

En la piscina, puedes hacer sprints o repeticiones más largas, y lo mismo ocurre con las bandas. Puedes enfocarte en ir rápido y fuerte con repeticiones simuladas de 25 o 50 metros. Si eliges esta ruta, trátalo como un nado normal. Si normalmente completas un recorrido de 25 metros en 25 segundos o una vuelta de 50 metros en 50 segundos, entonces “nada” con la banda durante el mismo tiempo. Date un período de descanso apropiado (trata de mantenerte cerca del descanso que tomarías en la piscina), y luego continúa. Intenta hacer 10 a 15 repeticiones de 30 segundos o un minuto.

Si quieres hacer una sesión más larga, imagina que estás haciendo repeticiones de 100, 150 o 200 metros. Intenta usar la banda durante un minuto y medio hasta tres minutos a la vez. Aunque realizarás la brazada a un ritmo más lento, esto será mucho más difícil que los sprints. Después de un minuto, sentirás la tensión en todo tu cuerpo. Puedes establecer el intervalo durante el tiempo que desees, pero dos minutos pueden ser el máximo que quieras hacer al principio. Cinco veces dos minutos (con al menos un minuto de descanso entre cada repetición) será un entrenamiento tremendo. Puedes ir más tiempo y hacer más repeticiones, pero este es un buen punto de partida.

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Cualquiera que sea el entrenamiento que elijas, tus brazos, espalda, núcleo e incluso piernas estarán exhaustos después. Probablemente te sentirás más cansado que después de un nado real. No es necesariamente la forma más divertida de hacer ejercicio, pero si añades sesiones con bandas a tu rutina regular, verás mejoras en la piscina en poco tiempo.