Como has escuchado innumerables veces, el desayuno es la comida más importante del día, y es especialmente necesario si planeas empujar tus límites con una sesión de natación, ciclismo, carrera o gimnasio por la mañana. La cuestión es que ya te estás levantando temprano para hacer ese entrenamiento, así que es posible que no quieras despertarte aún más temprano para preparar el desayuno, ¿verdad? Bueno, con avena nocturna, toda la preparación se hace la noche anterior, así que todo lo que tienes que hacer es agarrar tu frasco y disfrutar mientras te nutres para tu entrenamiento.
¿Qué son las avena nocturnas?
La avena es una excelente manera de empezar el día y prepararte para un entrenamiento, ya que es alta en proteínas y fibra. Las avena nocturnas son similares a la avena regular en que requieren pocos ingredientes y poco trabajo de preparación. La gran diferencia es que mientras cocinas la avena regular en la estufa, las avena nocturnas se preparan en la nevera después de horas de remojo.
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Necesitarás un frasco en el que puedas combinar todos los ingredientes de tus avena nocturnas, luego los dejarás remojando. El remojo dura al menos dos o tres horas, pero si planeas con anticipación y las preparas la noche anterior, la avena tendrá toda tu noche de sueño para absorber el líquido en el frasco.
Preparando tus avena
Hay una receta base para las avena nocturnas que no cambiará independientemente del sabor o tipo de avena que elijas hacer. Como se mencionó anteriormente, necesitarás un frasco con tapa, y lo llenarás con los dos ingredientes principales: avena y leche (cualquier leche que prefieras funcionará, o puedes sustituir por agua). Querrás un poco más de leche que de avena, pero también puedes agregar yogur griego si quieres un poco más de sabor. Si decides usar yogur, pon un poco menos de leche.
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También puedes agregar semillas de chía (estas son excelentes para la salud intestinal y son un estimulante natural de energía) y miel o jarabe de arce para un toque adicional de dulzura. Aquí tienes una receta rápida para tu base:
3/4 taza de leche (a menos que agregues yogur, en cuyo caso puedes reducir esto a 1/2 taza)
1/2 taza de avena
1/4 taza de yogur griego
1 a 2 cucharadas de miel o jarabe de arce
2 cucharaditas de semillas de chía (opcional)
Todo lo que tienes que hacer es poner estos ingredientes en tu frasco, poner la tapa y agitar hasta que estén combinados. A partir de ahí, puedes pasar a personalizar tu receta y agregar cualquier otro ingrediente que te guste. Puedes añadir frutas, mezclar un poco de mantequilla de nueces, agregar chocolate o canela. Las opciones son infinitas, y una vez que tengas todo lo que quieres en el frasco, déjalo remojar durante la noche. Por la mañana, tus avena estarán listas, y todo lo que queda por hacer es disfrutar de este desayuno sencillo pero sabroso antes de tu entrenamiento.