Como triatletas, nos encanta nuestra tecnología y estadísticas de entrenamiento. Queremos saber qué tan rápido corremos, cuánto late nuestro corazón durante nadar fuerte, cuánta potencia ejercemos en la bicicleta y más. Todas estas estadísticas y números son geniales, ya que pueden ayudarnos a descubrir cómo mejorar en cada área de nuestro entrenamiento.
Dicho esto, hay algo en entrenar basado en sensaciones, sin relojes sofisticados o tecnología para llevar puesta, solo tu cuerpo, tu mente y la tarea en curso. No hay una forma correcta o incorrecta de entrenar, pero aquí hay algunas razones por las que podrías querer probar un enfoque basado en sensaciones de vez en cuando.
Conoce tus ritmos
Imagina esto: entras en la T1 después de una gran natación. Tus piernas se sienten fuertes y listas para seguir. Te lanzas al recorrido en bicicleta, miras tu reloj o computadora y… está muerto. Si observas obsesivamente tus tiempos, tus ritmos, tu vatios o cualquier otra estadística, sabrás que puedes mantener una cierta velocidad, pero ¿podrás confiar en tu cuerpo para no ir demasiado lejos más allá de tus límites y arriesgarte a explotar a mitad de la carrera?
Por otro lado, si entrenas basado en sensaciones, sabrás cómo se siente tu ritmo de carrera. Sabrás cuándo estás yendo demasiado fuerte o si te estás conteniendo y tienes otro nivel para dar. No estamos diciendo que tengas que abandonar la tecnología y los números por completo, simplemente intenta incorporar algunos entrenamientos basados en el esfuerzo en tu plan de entrenamiento también.
Sumérgete en tus entrenamientos
Mirar constantemente tu reloj o computadora puede evitar que entres en un estado de flujo o en “la zona” en los entrenamientos. Cuando dejas la tecnología de lado para nadar, montar en bicicleta o correr, puedes permitir que tu mente se enfoque en la actividad y nada más, lo que te ayudará a alcanzar ese estado de flujo y completar tu entrenamiento con éxito.
Los números pueden limitarte
Si vas a competir o entrenar con un ritmo objetivo en mente, es posible que tengas miedo de superarlo y correr más rápido incluso si sientes que hacerlo está dentro de tus capacidades. Si entrenas basado en sensaciones de vez en cuando, te acostumbrarás a escuchar a tu cuerpo y serás más consciente de cuándo empujar y cuándo mantener la calma o retroceder un poco. Esto te ayudará el día de la carrera cuando alcances tu ritmo objetivo, ya que podrás preguntarle a tu cuerpo si es hora de esforzarse más o no (en lugar de ceñirte a lo que dicen los números en tu reloj).
Diviértete más
Hay algo liberador y divertido en salir a nadar, montar en bicicleta o correr sin tecnología. Si no lo has hecho en un tiempo, te recomendamos encarecidamente que lo pruebes hoy. Es probable que te encante.